jueves, 18 de febrero de 2010

Repartición de lo Sencible.


Lo sensible ( Diversión, muerte y duelo.)

El duelo es la elaboración de una pérdida, y nosotros, como cualquiera de los mortales, sufrimos pérdidas, pero nosotros hemos perdido más que cualquier mortal: perdimos el duelo…
En san José de Cúcuta norte de Santander hay una cancha de barrio llamada “La cancha el chulo” fue hecha por la comunidad en la cima de un cerro en los predios de un terreno baldío en barrio Sevilla, un sector marginado en pleno centro de la capital Santandereana, en el día deja ver a los niños y demás comunidad que hace uso de la cancha como espacio para la diversión, las huellas de sangre , casquillos de balas, marcas de cadáver que en las noches dejan sicarios cuando asesinan a sus victimas en el lugar o cuando vienen y despojan allí, los cuerpos sin vida.
Aquí la violencia ha hecho territorio ha dejado sus marcas territoriales ha determinado una geografia, la violencia como forma de expresión se ha materializado en las operaciones sobre el cuerpo en el espacio modificando sus usos y lógicas de ocupación. El cuerpo exhibido en la mitad de la cancha habla de lo que es capaz de hacérsele a la una persona, quitarle no solamente la vida sino la privacidad del cuerpo sin vida, su dignidad humana.
Este lugar como parte de una rutina guarda las marcas en el día de los balones, los gritos y risas de niños y jóvenes y en la noche los disparos , los cuerpos , la sangre, y eso es normal, cualquiera puede matar y dejar los cadáveres en la cancha. Allí el mensaje violento de los asesinatos fue tan efectivo que no solo permitió que el lugar adquiriera una nueva significación, sino que le quito la posibilidad a la comunidad de sentir el dolor por el otro, solo guardar silencio, angustia.
Es paradójico que en el mismo lugar donde se atenta contra la vida, la niños y gente puedan sin temor salir jugar y se divertirse. La violencia cambia lo común, la experiencia con la muerte en medio de un río que no para y pasa por la puerta de la casa, provoca un sentido especial de la perdida, la elaboración del duelo.
¡Claro! después de la primera , la segunda , la tercera y así todas las muertes que ocurren a diario en muchos lugares de Colombia a causa de la violencia, no se puede seguir personalizando y asumiendo cada una de las perdidas, la acumulación de lo perdido no da tiempo para elaborar la pérdida, para responder a las demandas de esa muertes, muchas veces ni siquiera da la posibilidad de presentificar lo perdido para despedirlo, y así hemos acumulado y desbordado la capacidad individual de tiempo y experiencia para la elaboración del duelo y esto ha llevado a la imposibilidad de restablecer el pacto con la vida.
La deuda con el duelo es una deuda colectiva, nuestras muertes de alguna manera están vinculadas a narrativas de vida de personas y se entrelazan en dinámicas comunitarias, la pérdida de alguien no solamente afecta los vínculos más cercanos, y en ese sentido el trabajo del duelo es el trabajo con las emociones colectivas. Si la pérdida de un ser querido es una pérdida de una parte de sí mismo, nuestra sociedad ha perdido algo que no ha sido restablecido.
“El dolor individual y colectivo acerca de las experiencias pasadas que no son “elaboradas” terminan manifestándose a través de pesadillas desordenes mentales, odios, y actos de venganza (…) así como la elaboración del duelo a escala individual puede tener repercusiones sociales psicológicas y emocionales , a nivel grupal las consecuencias pueden alimentar angustias impotencias y rabias colectivas que al carecer de medios de expresión terminan canalizándose o en una memoria repetitiva y procesada de la venganza , en el internalización del odio y o en la construcción de ideologías del exterminio o en la autodestrucción.” Pilar Riaño, La piel de la memoria ( pagina151)
Que debe ser normal y que debe ser anormal, que debemos recordar que debemos olvidar, que muertos rezar y acompañar hasta su tumba , que muertos ignorar.
El arte mas allá de servir a un mesianismo, capaz de grandes transformaciones en las dinámicas de la vida colectiva, o tal vez como posibilidad instrumental terapéutica en la resolución del duelo, en este contexto de la violencia y de deuda con el duelo simplemente hace resistencia a que las cosas sean así. Cuando se ha perdido el dominio de lo político sobre este tema de la dignidad humana el arte viene y ocupa su lugar, vuelve visible lo que no se ve, realizar operaciones disensuales sobre lo que la comunidad ya ha hecho consenso, vuelve a preguntar sobre los sensible y lo no sensible y su repartición.
“Como artista me resisto a la división desproporcionada de lo sensible en “la cancha del chulo” el día para los goles, la noche para los disparos, a la proporción entre diversión, violencia y duelo.”

Leonel Vasquez (artista)

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